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sábado, 27 de marzo de 2010

Plantan mil encinas para recordar a Félix Rodríguez de la Fuente en Poza de la Sal

El pasado día 14 de Marzo en la localidad de Poza de la Sal (Burgos), lugar donde nació nuestro recordado naturalista y divulgador Félix Rodríguez de la Fuente, la villa salinera rindió homenaje a su hijo más ilustre con un gesto que permanecerá y crecerá con el tiempo en el treinta aniversario de su fallecimiento en las tierras de Alaska. Más de ciento cincuenta voluntarios dedicaron la fría mañana a plantar un millar de encinas en la parte alta de la villa pozana donde Félix dio sus primeros pasos por la naturaleza.


Los organizadores escogieron este tipo de homenaje porque simboliza dos partes fundamentales en el desaparecido naturalista. Su tierra natal y la defensa a ultranza de la naturaleza que ha crecido de forma continuada pese al paso del tiempo.

La casualidad hizo que Félix falleciera el mismo día de su cumpleaños por lo que este homenaje directamente pegado a su tierra natal cobra un doble significado que perdurará en el tiempo.

Tras la mañana de labor en la tierra, en la Plaza Nueva de la villa voluntarios, vecinos y músicos de Poza y Lerma se dieron cita para la segunda parte del homenaje.

En un ambiente donde se mezclaba el orgullo de ser la tierra natal del naturalista más internacional que ha dado España y la tristeza por su desaparición, el silencio se rompió por otra señal de identidad pozana. Los sones de la pieza compuesta en su memoria, Réquiem por un Pozano, ejecutada por la Banda de Música de Poza, llenaron la plaza congregando a los asistentes en torno a su busto.

Finalizado este emotivo acto, las bandas de música y una larga comitiva de más de doscientas personas recorrió las estrechas calles de la niñez de Félix hasta otro de los puntos de referencia de la villa.

En el antiguo lavadero, rebautizado hace veinte años como Parque Félix Rodríguez de la Fuente, el alcalde de la villa, Ángel Hernández, y el director del Aula de Medio Ambiente de Caja de Burgos, Miguel Ángel Pinto, procedieron a plantar un árbol conmemorativo.

El acto concluyó con el canto del Himno al Árbol por una formación coral infantil lermeña y una actuación no prevista inicialmente de la banda de la Villa Ducal.

Su interpretación de la sintonía del programa que consolidó definitivamente al naturalista pozano, El Hombre y la Tierra, emocionó a los asistentes que premiaron con una larga ovación a los músicos. Una comida popular en la ermita de la Virgen de Pedrajas fue el último de los actos en recuerdo del recordado naturalista pozano.


Personalmente creo que este homenaje "tan vivo" debería extenderse a todos los lugares de nuestra geografía:

" Crear y crear bosques en recuerdo a Félix Rodríguez de la Fuente ".


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